Me encanta esa frase "es como andar en bici, una vez que aprendes, no lo olvidas", el problema es, ¡cuando no sabes andar en bici!
Que era mi caso. Bueno, para ser exactos, sí aprendí a andar en bici de niña, pero no lo disfrutaba, los nervios del principio, cuando la bici se mueve horrible y no te equilibras, saber que en un segundo puedes terminar tirada en el piso por tonta... no ayudan a disfrutarlo, así que yo dejé la bicicleta muy chica y no la volví a usar.
Mi primera bici era hermosa, no sé si fue regalo de cumpleaños, navidad o reyes, pero era una bici rosa, con canastita, rueditas, y yo me sentía la reina de las flores en ella. Iba arriba y abajo en casa de mis abuelos, le ponía cosas a la canasta, era muy feliz. Después me regalaron/compraron una bici roja, muy bonita, pero recuerdo que no la disfruté tanto. Vivíamos en una privada de edificios y había espacio para andar en ella sin peligro, pero no me gustaba, no estoy segura de por qué (o tal vez sí, pero no lo recuerdo). Por alguna extraña razón, cuando cumplí 9 pedí una bici "con velocidades", de esas que son bien chingonas y para "profesionales". Tampoco la usé mucho, de hecho ni recuerdo qué pasó con ella; sólo recuerdo que no salió buena y tuvimos que cambiarla por otra, y tal vez esto terminó con el gusto por ella.
Al final, a los 10 años dejé de usar bicicletas y no me interesaba subirme en ninguna. Así pasó el tiempo, y desde hace 2 años, me entraron ganas de tener una, de andar en la ciudad en bici, de poder transportarme de una forma sana y menos complicada que un auto. Vamos, tenía muchas ilusiones por tener mi bici, P E R O, no sabía andar en bici y aprender otra vez me aterraba. De hecho, me daba tanto miedo subirme a la bicicleta y comprobar que no podía, que retrasé y retrasé mi plan de comprar una. Lo peor es que, aunque quería tener una y usarla, no podía con el miedo, la inseguridad, la posibilidad de frustración e incapacidad. ¿Qué tal que yo fuera la excepción? ¿Que no pudiera andar en bici? Mil preguntas que, sin tener certeza de poder, me impedían hacerlo.
Ahora, que me he encontrado y he decidido dejar de postergar lo que quiero, me decidí a aprender. Así que, pedí asesoría teórica y el sábado, con todos los nervios del mundo, un miedo terrible y mucha emoción, tomé la bicicleta de Ángel y salí a aprender. Arriba de una banqueta (para evitar que me mataran los coches), de una esquina a otra, con calma, yo sola, sin problemas ni presiones...
¡Cuánta emoción y estrés! ¡Cuántos nervios! Y, sobre todo, cuánta felicidad por darme cuenta que sí sabía andar en bici, que era capaz de equilibrarme, de no estamparme con las paredes o árboles, que podía frenar y no terminar en el piso. Claro, la voz en mi cabeza se la pasaba gritando, en cuanto me preparaba para subir los pies a los pedales, escuchaba un grito de terror/emoción en mi cabeza, y yo contestaba "con calma, no pasa nada, sí podemos, no es tan malo" y la voz gritaba y gritaba y gritaba. Afortunadamente, mi emoción y "éxito" pudieron más que ella, y después de una hora de ir de esquina a esquina en la banqueta, me agarré los huevos, bajé la bici, y anduve cuadra y media en la calle, con coches pasando cerca de mí, hasta mi casa. ¡Como si hubiera ganado el Nóbel! La emoción, el orgullo, la felicidad, todo corría por mi cuerpo y sólo quería bailar como duendecito feliz. Así de fácil, en un rato pude tomar las riendas de mis miedos y reaprender algo y disfrutarlo.
Para que vean de qué estoy hecha, ja. El domingo salí a que me enseñaran a dar vueltas, porque ese fue el problema el sábado, no sabía dar girar y no podía dar la vuelta a la cuadra. Y aprendí. Con un poco de dificultades y miedos, pero ahí iba, vuelta cerrada, zigzag, vuelta abierta, la voz grite y grite, mucha emoción, niños a mi alrededor demostrando que ellos YA sabían andar en bici (y yo estoy muy grande para apenas aprender, eso es un hecho).
A veces no entiendo cómo puedo pasar tanto tiempo sumida en miedo y no vencerlo, domarlo y hacer lo que quiero, el placer obtenido es mucho mayor que el miedo, el problema es lo mucho que lo retraso. Eso sí, ahora que el miedo no será quien mande, seguiremos aprendiendo, capaz que en una de esas nos damos cuenta de que somos más y podemos más de lo que siempre pensamos.
Sería una grata sorpresa.
Cuando yo era pequeña no había quien me bajara de la bici. Lo volví a intentar de mayor y me caigo. No soy capaz. Yo sí que me olvidé de montar en bici. Jajaja.
ResponderEliminarEnhorabuena por vencer tu miedo!!! El mío es andar sola por la noche. A ver si un día consigo deshacerme de él. Besotes!!!
¡Qué feo que ya no sepas andar en bici! Des-aprender algo es bien feo...
Eliminar¿Nunca sales sola en la noche? La verdad, me parece entendible pero no tan grave como podría ser, a mí no me da miedo, pero sin duda es más peligroso salir en la noche que de día. Ojalá y un día lo venzas!!!
Besos!!! :)