El psicoanálisis es una de esas profesiones llenas de prejuicios, todo el
mundo tiene algo que decir al respecto, y son pocos los que en realidad saben
algo sobre él. Por lo mismo, es muy común que la gente diga pendejadas cuando
se entera que soy psicoanalista.
Algo muy muy común de
escuchar es “seguro me estás psicoanalizando ahorita”. Un día, platicaba con
compañeros psicoanalistas y nos reíamos de esta situación, porque quien dice
eso no tiene ni idea de qué es el psicoanálisis, y porque además creen que uno
va por la vida regalando su trabajo. Sí, el psicoanálisis no es sólo un
trabajo, implica muchas más cosas y tiene consecuencias en la vida diaria del
psicoanalista, pero de ahí a que vayamos
por la vida psicoanalizando, hay un océano.
Expliquemos: el
psicoanálisis es una profesión que implica, como bien dice su nombre, un
análisis. Como cualquier análisis, implica tiempo y profundidad. Así que no, no
puedes psicoanalizar a nadie a partir de una conversación tonta en una fiesta.
Además, el psicoanálisis, por cuestiones de ética, sólo tiene lugar en un
espacio psicoanalítico, en el que hay dos sujetos: el psicoanalista y el
psicoanalizante. En este espacio y situación, uno de ellos habla y asocia y
habla y dice tonterías, y asocia; y el otro, escucha, puntúa, termina, a veces
interpreta, escucha, escucha. ¿En algún lugar les suena a que uno de ellos se
pone como “conejillo de indias” tras un cristal mientras el otro infiere de él
un montón de cosas? No. Porque así no sucede.
Tal vez esto no debe
decirse, pero no es uno el que realiza el análisis, es el propio analizante
quien lo hace, quien le da peso a lo que dice o es dicho en análisis, quien
elabora, quien escucha, quien repite. Es él, porque, al final, sólo él podría
producir un saber o una verdad de sí mismo, de su inconsciente.
Así que, nada de que
uno los psicoanaliza, o piensa que se quieren acostar con su mamá en cada
acción o actividad que realicen. Los psicoanalistas, como cualquier otro
profesional, es capaz de separarse de esto cuando no está trabajando. O me van
a decir que los ginecólogos andan diagnosticando vaginas en cualquier lugar
donde están…
Creo que va un poco en la persona. He conocido algún psicólogo al que le bastaba con un "Hola ¿qué tal?" para emitir juicio. Palabrita. Besotes!!!
ResponderEliminarQué mal me cae ese tipo de gente. Pero de esos juiciosos, yo conozco de todas las profesiones: abogados, maestros, psicólogos, químicos... lo que gustes y mandes. Besos!
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