Como sigo muchos blogs españoles, he leído incansablemente sobre
vacaciones, además aquí los niños también están de vacaciones y una amiga
escribió en su muro de Facebook que necesitaba unas vacaciones con urgencia.
Todo a mi alrededor “vacaciona” y yo, como siempre desde hace A Ñ O S, no.
Y no, aunque parezca que es una queja de mi parte, no lo es. Estoy
acostumbrada a no salir de vacaciones. En los últimos 6 años no he tenido,
laboralmente, vacaciones. Los periodos que he estado sin trabajo no cuentan
como vacaciones, porque todos sabemos que si no tienes trabajo, tampoco tienes
dinero, así que no cuenta. Así las cosas, no he tenido vacaciones desde que
fui, el mismo año, a Veracruz con mi amiga Alejandra, y a Acapulco con mi
hermanito, mis abuelos y mi prima. Esto pasó en el 2001, así que ustedes dirán
si he tenido vacaciones…
OBVIAMENTE, me gusta salir de vacaciones, descansar en la playa, o
chacotear (porque a mí me gusta el chacoteadero, que no chapoteadero, porque
ahí chacoteo), leer un libro, tomar siestas a medio día porque hace mucho
calor, comer y comer todo el día sin importarme y, uno de mis grandes placeres,
no tener que colgar la toalla después de secarme NI tender la cama. También me
gustan las vacaciones en que sales a conocer, paseas, vas a museos, compras artesanías,
comes comida típica de ese lugar, y duermes como piedra porque terminas bien
cansado de tanto caminar.
Me gusta, me gusta, me gusta. Tanto que tengo decidido dedicar una
parte importante de mi ingreso y tiempo a vacacionar, aunque, ahora que lo
pienso, lo que yo quiero es pasear, conocer, vivir, experimentar, más que tener
unas vacaciones (pensadas como un tiempo de descanso). De todas formas, y a
pesar de lo que se lee aquí, no vivo ese gusto o deseo como una necesidad
imperiosa. Sí, la época para vacacionar es tan importante para una persona que,
inclusive en el Derecho, se considera como parte de los alimentos, pero no por
eso es un momento que DEBE ocurrir.
Tal vez necesito explayarme. Para mí, el tiempo de vacacionar está
sujeto a dos cosas: tener dinero y tener tiempo para poder hacerlo. Si no
tienes estas dos cosas, es imposible que puedas vacacionar. Mi noviesito, por
ejemplo, tiene un trabajo que NO incluye tiempo de vacaciones, ni le está
permitido tomarse unos días para descansar, ni se le paga, ni obtiene una prima
vacacional (esa lanita extra que te dan para que puedas gastar en tus vacaciones…
dicen), ni nada de nada. Es más, si quisiera tomarse unas vacaciones, podría
arriesgarse a perder su trabajo. No es cualquier cosa, cuando uno no es un
empleado, sino un trabajador independiente, no hay dinero ni tiempo ni chance
prevista para salir de vacaciones; así de sencilla y terrible es la vida. Si,
además, no sueles vivir de prestado o con dinero que no tienes (es decir,
endeudándote pendejamete con las tarjetas), tomarte esa semana para salir,
resulta bien complicado, pues no sólo debes tener el dinero que vas a gastar
allá, sino que, además, debes tener dinero para subsanar el vacío que implicará
no trabajar una semana (es todo lo contrario que cuando eres un empleado, si te
tomas la semana, no sólo no hay dinero extra, sino que implica una pérdida
automática de la cuarta parte de tu ingreso mensual).
Claro, planteado así está bien cabrón tomarse unas vacaciones, aunque
haya mucha gente que tiene el mismo tipo de empleo y aún así sale de vacaciones
y le vale madres que pueda tener consecuencias en su vida y su estabilidad.
Pero ese tipo de gente acostumbra violentar su salud mental y estabilidad por
pendejadas que sólo temporalmente le quitarán la angustia del vacío.
Nosotros, que no somos así, como consecuencia, no vacacionamos. Y para
serles honestos, tampoco sufrimos. Sí, fantaseamos con pasear y salir (nosotros
nunca hemos salido de vacaciones juntos, nunca un fin de semana fuera de la
ciudad, nada de nada), pero tampoco se nos va la vida en eso. Es por esto que
me impresiona que la gente lo tome como cuestión de vida o muerte, y se tire al
melodrama público (léase Facebook) porque no ha salido de vacaciones en medio
año, o un año. Sé que decirles que están exagerando y que son tonterías porque yo
no he salido en 10 años es una tontería, porque cada quien vive lo que le pasa
de forma diferente. De todas formas, me impresiona y provoca un ligero sentido
de pena por ellos. Sobre todo porque pasan la vida sufriendo por lo que no
tienen, por las terribles consecuencias del camino que escogieron, porque su
profesión y trabajo está de la chingada, y pretenden solucionar esto con unas
vacaciones (que son, por definición, temporales), en vez de tomar decisiones
que cambien su vida de manera real.
Sí, sí, al final del día, lo que me impresiona es el quejido eterno…
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¿Soy sólo yo?