jueves, 9 de agosto de 2012

En el mar, la vida es más sabrosa


Como sigo muchos blogs españoles, he leído incansablemente sobre vacaciones, además aquí los niños también están de vacaciones y una amiga escribió en su muro de Facebook que necesitaba unas vacaciones con urgencia. Todo a mi alrededor “vacaciona” y yo, como siempre desde hace A Ñ O S, no.

Y no, aunque parezca que es una queja de mi parte, no lo es. Estoy acostumbrada a no salir de vacaciones. En los últimos 6 años no he tenido, laboralmente, vacaciones. Los periodos que he estado sin trabajo no cuentan como vacaciones, porque todos sabemos que si no tienes trabajo, tampoco tienes dinero, así que no cuenta. Así las cosas, no he tenido vacaciones desde que fui, el mismo año, a Veracruz con mi amiga Alejandra, y a Acapulco con mi hermanito, mis abuelos y mi prima. Esto pasó en el 2001, así que ustedes dirán si he tenido vacaciones…

OBVIAMENTE, me gusta salir de vacaciones, descansar en la playa, o chacotear (porque a mí me gusta el chacoteadero, que no chapoteadero, porque ahí chacoteo), leer un libro, tomar siestas a medio día porque hace mucho calor, comer y comer todo el día sin importarme y, uno de mis grandes placeres, no tener que colgar la toalla después de secarme NI tender la cama. También me gustan las vacaciones en que sales a conocer, paseas, vas a museos, compras artesanías, comes comida típica de ese lugar, y duermes como piedra porque terminas bien cansado de tanto caminar.

Me gusta, me gusta, me gusta. Tanto que tengo decidido dedicar una parte importante de mi ingreso y tiempo a vacacionar, aunque, ahora que lo pienso, lo que yo quiero es pasear, conocer, vivir, experimentar, más que tener unas vacaciones (pensadas como un tiempo de descanso). De todas formas, y a pesar de lo que se lee aquí, no vivo ese gusto o deseo como una necesidad imperiosa. Sí, la época para vacacionar es tan importante para una persona que, inclusive en el Derecho, se considera como parte de los alimentos, pero no por eso es un momento que DEBE ocurrir.

Tal vez necesito explayarme. Para mí, el tiempo de vacacionar está sujeto a dos cosas: tener dinero y tener tiempo para poder hacerlo. Si no tienes estas dos cosas, es imposible que puedas vacacionar. Mi noviesito, por ejemplo, tiene un trabajo que NO incluye tiempo de vacaciones, ni le está permitido tomarse unos días para descansar, ni se le paga, ni obtiene una prima vacacional (esa lanita extra que te dan para que puedas gastar en tus vacaciones… dicen), ni nada de nada. Es más, si quisiera tomarse unas vacaciones, podría arriesgarse a perder su trabajo. No es cualquier cosa, cuando uno no es un empleado, sino un trabajador independiente, no hay dinero ni tiempo ni chance prevista para salir de vacaciones; así de sencilla y terrible es la vida. Si, además, no sueles vivir de prestado o con dinero que no tienes (es decir, endeudándote pendejamete con las tarjetas), tomarte esa semana para salir, resulta bien complicado, pues no sólo debes tener el dinero que vas a gastar allá, sino que, además, debes tener dinero para subsanar el vacío que implicará no trabajar una semana (es todo lo contrario que cuando eres un empleado, si te tomas la semana, no sólo no hay dinero extra, sino que implica una pérdida automática de la cuarta parte de tu ingreso mensual).

Claro, planteado así está bien cabrón tomarse unas vacaciones, aunque haya mucha gente que tiene el mismo tipo de empleo y aún así sale de vacaciones y le vale madres que pueda tener consecuencias en su vida y su estabilidad. Pero ese tipo de gente acostumbra violentar su salud mental y estabilidad por pendejadas que sólo temporalmente le quitarán la angustia del vacío.

Nosotros, que no somos así, como consecuencia, no vacacionamos. Y para serles honestos, tampoco sufrimos. Sí, fantaseamos con pasear y salir (nosotros nunca hemos salido de vacaciones juntos, nunca un fin de semana fuera de la ciudad, nada de nada), pero tampoco se nos va la vida en eso. Es por esto que me impresiona que la gente lo tome como cuestión de vida o muerte, y se tire al melodrama público (léase Facebook) porque no ha salido de vacaciones en medio año, o un año. Sé que decirles que están exagerando y que son tonterías porque yo no he salido en 10 años es una tontería, porque cada quien vive lo que le pasa de forma diferente. De todas formas, me impresiona y provoca un ligero sentido de pena por ellos. Sobre todo porque pasan la vida sufriendo por lo que no tienen, por las terribles consecuencias del camino que escogieron, porque su profesión y trabajo está de la chingada, y pretenden solucionar esto con unas vacaciones (que son, por definición, temporales), en vez de tomar decisiones que cambien su vida de manera real.

Sí, sí, al final del día, lo que me impresiona es el quejido eterno…

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