sábado, 6 de marzo de 2010

Agujeros


A veces me gustaría no ser yo, sobre todo cuando tiene que ver con la memoria. Sí, tengo una memoria aterradoramente buena, y esto es bueno una gran parte del tiempo; la otra, es puro sufrimiento y tristeza.
No sé cómo debería funcionar la vida, sé que yo paso mucho tiempo recordando, y que esto me causa mucha tristeza cuando recuerdo a personas que ya no están en mi vida. Desde amigos hasta familia, mi vida parece llena de despedidas, como si todos aparecieran sólo para despedirse... no importa si es en poco o mucho tiempo, que quien quiero se vaya es siempre triste. Creo, con el tiempo y mucho raciocinio, que estoy mucho mejor sin varios de ellos, pero eso no quita el dolor. También creo que algunos no deberían haberse ido, o mejor aún, llegado alguna vez si iban a tener que irse. Alejandra me dijo un día que "él" le había dicho que había tres tipos de personas: las llegan para quedarse contigo, las que sólo pasan por tu vida rápido, y aquellas que llegan para cambiar(te) radicalmente, y después se deben ir. Esto es, sin duda, triste, por qué hay gente que sólo llega para dejar una huella imborrable, y después se van.
A veces me siento como ese juguete que es como una esfera, que tiene diferentes agujeros, cada uno con una forma geométrica diferente (círculo, triángulo, cuadrado, etc) y tienes que meter a través de cada agujero la pieza que corresponde según la forma... por supuesto, no puedes meter un cuadrado en el círculo, ni un triángulo en la estrella, y si pierdes alguna de las piezas, ese agujero nunca volverá a taparse o usarse, quedará así: un agujero, para siempre. Así me siento. Llena de agujeros cuyas piezas se han perdido, y que no hay solución alguna.
Por esto, me gustaría a veces no recordar, ya no digamos a la pieza, sino recordar que tengo un agujero, que soy sólo agujeros, al rededor del borde de un círculo, que por dentro está vacío...