Ayer caí en cuenta de que tener
una relación de pareja satisfactoria es, en realidad, un caso excepcional y no,
ni remotamente, una regla.
Con mi poca experiencia, me
atrevo a decir que uno valora una relación de forma diferente, según la edad.
En la juventud, lo más importante es el sexo y la atracción física; después, la
capacidad económica, reproductiva y presumible (es decir, que puedas presumir a
tu pareja); a los cuarentas o cincuentas, entre el miedo a estar solo y la
fantasía de encontrar algo mejor (aunque no tengas idea de qué podría ser
mejor, o mejor “en qué”), a veces te separas, otras te resignas, pero siempre
con duda y un dejo de angustia; finalmente, pasados los sesenta, las parejas
tienden a dejar fluir la mierda y lo bueno, porque no vale la pena pelear por
cambios que no han sucedido ni sucederán, y el miedo a una vejez en soledad es
más grande que cualquier infelicidad.
No sé por qué, exactamente,
pero cuando veo parejas que llevan más de 10 años juntos, siempre percibo que
hay más contención que amor y felicidad, que parece una carrera de resistencia
y no un equipo que crece y comparte. Las quejas no se hacen esperar,
comentarios que muestran poco respeto o admiración hacia la pareja salen de
formas discretas o descaradas, en los peores casos, les resulta imposible no
expresar el odio y la incompatibilidad que hay entre ellos, y las consecuencias
de infelicidad, amargura y poco placer.
Yo no he estado más de 10 años
con alguien, ni siquiera con mis amigos he mantenido una relación más longeva,
pero no dejo de fantasear con que podré
hacer una vida con mi pareja, y encontrar la manera de ser feliz y mantener
siempre (tal vez no todo el día, pero sí todos los días) el respeto, las risas,
el placer y el apoyo.
Desconozco cuáles son los
factores que influyen y hacen que la relación termine en fracaso, ¿será la edad
en que uno se enamora? ¿la falta de conocimiento y aceptación de uno mismo?
¿una ignorancia sobre lo que se quiere a futuro? ¿cambios de planes que
resultan incompatibles a los anteriores y, por ende, con la pareja actual?
No lo sé, verdaderamente no lo
sé, y no deja de darme un poco de miedo. Pero, de todas formas, me parece más
triste ver y escuchar que alguien está en una relación en la que no quiere
estar, con alguien a quien ya no ama, que no se siente satisfecho o ilusionado
por lo que queda por construir y vivir. Peor aún, me resulta la gente que
decide quedarse con esa persona “para siempre”, sólo porque no quiere morir
solo, envejecer y degradarse sin que algún pobre tonto se trague toda esa
mierda y aguante sólo porque están casados. Porque, vamos, seamos honestos,
quedarte con alguien a quien no amas o respetas, sólo para que te limpien la
cola cuando estés viejo, es una chingadera, sin importar cuánto dinero puedas
aportar para “ganártelo”.
Mmm, creo que me estoy
desviando del tema, o es más complejo de lo que pensé. Es triste ver que muchas
relaciones y parejas, después de veinte años de estar juntos, aceptan que no
son felices y no hay más por hacer para que eso cambie, que sólo queda
separarse. Ni los hijos ni los planes ni la casa ni nada pudo paliar esa
diferencia, aminorarla… tal vez se escondió o negó un tiempo, pero no más. Y,
lo curioso, es que no es lo mismo “comenzar” otra vez a los 20 o 30, que a los
50…
Yo tampoco entenderé nunca eso de aguantar veinte años a una persona a la que no quieres. ¿Es dependencia? ¿Miedo a la soledad? ¿Pereza de empezar de nuevo? Para mí es algo incomprensible... Besotes!!!
ResponderEliminarYo tampoco entiendo. Me parece bien compleja la razón, porque ninguna de las obvias basta... de verdad que no :(
EliminarBesos!!