martes, 8 de noviembre de 2011

Los sacrificios que uno hace

No sé por qué, de dónde salió, quién lo inventó o quién lo patentó, en realidad, no sé nada de su origen o causas, pero sí sé que es algo que sucede y no sólo eso, sino que nos educan a hacerlo: sacrificarnos por alguien más.

Y no lo digo en el sentido que uno entendería, es decir, hacer algo por alguien que queremos, pero algo que valga la pena, que sea importante, trascendente. No, lo digo en las acciones comunes, del día a día. Nos educan a sacrificar un montón de cosas por las personas que amamos, porque eso es el amor (y luego se preguntan por qué hay tantos psicólogos, psicoanalistas y psiquiatras).

Aterricemos: 
  • Comer menos porque llegó alguien más a comer sin avisar, y no alcanza la comida, así que una (o quien cocine, pero yo aquí hablo de mí) le da a los demás la cantidad "normal" de comida, y te quedas con menos tú;
  • Esperar horas a tu pareja para comer, porque va a llegar tarde, porque algo pasó, o porque esa es la hora a la que llega y, aunque pasa ya la hora de comer, te esperas porque eso debes hacer;
  • Tienes poco dinero y necesitas comprarte algo (ropa, medicinas, etc.), pero decides no hacerlo para comprarle a quien amas algo que él también necesita o, simplemente, quiere;
  • Quedarte hasta las tantas despierta, esperando a que el otro llegue.
Por el momento sólo se me ocurren esas, y en realidad lo importante no es tanto cuántas situaciones de sacrificio existen, sino la razón de que existan. Entiendo que el amor es dar, compartir, querer que la persona amada esté bien y hacer todo lo posible por procurárselo PERO, siento que entre esto y la realidad hay un espacio, a veces bastante grande, en el que amar es simplemente un sacrificio constante, y eso me parece insano.  No entiendo cómo es que el amor es quitar y no construir, me parece un poco incongruente que queramos crecer con alguien y que el precio sea quitar y quitar y quitar. No veo cómo mi pareja se va a sentir más amada si cuando llega a la casa yo estoy muerta de hambre, con un humor del carajo, con ganas de matar a alguien y con dolor de cabeza, sólo por AMOR, porque debo estar así. ¿No se sentiría él más amado si cuando llega yo ya comí, y por ende estoy sonriente y amable, y tengo ganas de estar con él, escucharlo, hacerle cariñitos y servirle la comida? Creo yo, que pensado así, suena mucho más lógico primero satisfacer nuestras necesidades básicas para poder, a partir de una completud (no sé si esa palabra exista. Si no, significa que estamos completos), darle a él todo el amor que tenemos y sentimos y queremos darle, y no darle sólo las consecuencias negativas del sacrificio. Seamos honestos, ¿quién puede amar cuando eso implica estar mal? y ¿cómo esperamos que el otro nos siga amando cuando lo que le damos implica tanta molestia?


No me gusta, así no crecemos, nos estancamos, basamos nuestro amor y una relación (o todas) en una lista de sacrificios hechos que esperamos sean reconocidos y recompensados más pronto que tarde. Por eso, también, cuando las relaciones se terminan, sólo nos queda un gran vacío, sino una incomprensión de qué por qué salió mal cuando sacrificamos todo, porque construimos el amor a partir de lo que nos quitamos, no de lo que dimos. Como si el sacrificio fuera garantía de algo.

Antes yo funcionaba así, a partir de los sacrificios, pero de un tiempo acá me di cuenta de que era estúpido, y ahora primero satisfago mis necesidades y después le doy a él. Y sí, somos mucho más felices.

1 comentario:

  1. La religión y Cristo, estamos educados bajo ese regimen, el sacrificio, para merecer algo bueno, primero hay que sacrificarse, también se dice que las cosas no saben igual si no te cuestan. Pienso que tambien tiene que ver con un mecanismo psicológico, la frustración, en cuanto se libera es evidente que sea liberador o placentero. Me parece muy interesante este punto que planteas, en realidad uno tendría que satisfacer sus necesidades para poder dar u otorgar cualquier cosa al otro, habría menos conflictos, pero no es así, aunque las normas morales dicen cambiar, aun se mantienen, porque uno piensa que es
    correcto esperar, sacrificar, aguantar, si no, se es agoista y eso sí está "mal", cuando la realidad podría ser otra, para lo negativo sí se dice que hay que mirar nuestros defectos antes que los del otro, debería ser igual con lo positivo, hay que mirar que tan bien está uno para poder darle al otro.

    ResponderEliminar

¿Soy sólo yo?