miércoles, 20 de julio de 2011

Amigos en el trabajo


Desde pequeña he pensado que los amigos se conocen en diferentes momentos y etapas de tu vida, pero que si se vuelven amigos es porque compartirás con ellos una parte importante de tu vida (emociones, escucha, palabras, cariño, empatía, etc.), pero nunca había hecho conciente que la mayor parte de la gente tiene amigos con los que no convive mucho, y no-amigos con los que convive muchísimo.

En el trabajo, por ejemplo, uno pasa ocho o más horas y, además, tienes que comer; así que te haces "amigo" de otras personas que también trabajan y comen aquí, y empiezas a convivir. Al principio las pláticas giran sobre temas relacionados con el trabajo, pero después, empiezas a abrirte y le permites a los demás que te conozcan (y esperas que el otro también quiera que lo conozcas) y comienzan las amistades laborales. Esto deviene en una situación absolutamente curiosa para mí, porque son tus amigos en el trabajo, pero muchas veces (yo digo que la mayor parte de ellas) no tienes nada en común con ellos, y por lo mismo tampoco los ves fuera de la oficina, al salir del trabajo dejas también la amistad y en caso de que alguno de los deje de trabajar en la misma empresa, se termina también la amistad (sin muchos aspavientos).

Es curioso porque uno puede pasar horas y horas, 5 días a la semana, con alguien que no consideras (interna y honestamente) tu amigo, o a quien sólo aprecias, más no quieres. Compartes con ellos tantas cosas, importantes y no, te ríes, te cuidan y apoyan cuando tienes algún problema, te escuchan, y viceversa todo lo anterior. Pero, saliendo de la empresa desaparecen.

Ya que lo escribo, puedo decir que también me parece triste que consideremos dispensable a alguien que todos los días nos acompaña, bajo una premisa falsa de que es sólo porque trabajas con él/ella, y no la realidad: algunos son buenas personas, y muy buenos amigos.

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