
Aprovechando el tiempo en el que me transporto, pensaba el otro día el extraño uso que hacemos de manera coloquial de la palabra "cosa". Según la Real Academia, significa: Todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta; objeto inanimado, por oposición a ser viviente.
Dicho así, y entendida como un objeto o entidad, una "cosa" no podría ser algo que nos suceda, ni que sintamos (esto podría ser debatible, según la definición, lo concedo); pero uno suele decir que le pasaron cosas extrañas, avisamos que diremos una cosa: déjame decirte una cosa; o como deberes: tengo muchas cosas que hacer. En fin, muchas expresiones que me causan conflicto, pues no puedo concebir que soy capaz de sentir cosas, siento emociones y sentimientos; tampoco digo cosas, utilizo palabras que implican una referencia (significado, significante), y tengo obligaciones, deberes o pendientes por hacer, no hago cosas (bueno, a veces mis acciones consuman en objetos o entidades).
En cuestión de sentimientos, me parece que decir que siento cosas es una forma de negar lo que en realidad se siente, o de no aceptarlo como es, y pretender que sea algo externo a nosotros, objetos que como tales pueden transformarse o alejarse y, sobre todo, que al ser objetos, carecen de conciencia, voluntad y decisión. Así, sin duda sentir odio o tristeza o angustia es más sencillo: es sólo una cosa que se transformará, no tiene nada que ver conmigo, y yo tampoco debo hacer algo al respecto, el cambio será independiente a mi voluntad, pues es externo a mí.
No sé, tal vez a mí me gusta complicarme las "cosas" y quiero ver explicaciones oscuras y satisfactorias de una costumbre social, como lo es pedir un vaso de agua, o ver pasar un camión de bomberos, o tener un dolor en mi pierna.
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¿Soy sólo yo?