jueves, 20 de octubre de 2011

El anillo de compromiso


Este sin duda no hace daño

¡Pero qué bonito es cuando un hombre junta todo el valor que tiene, la determinación, 3 veces su sueldo mensual, su dignidad y mil cosas más, y le propone matrimonio a su amada! Es tan, pero tan bonito, que todas las mujeres fantaseamos con ese día, inclusive las que no lo tendremos, o no queremos tenerlo (con sus debidas excepciones, que no pienso generalizar).

Yo, todos lo sabemos, no me quiero casar y no me causa conflicto ni frustración ni amargura ni nada parecido. Me parece que el documento no es necesario (por el momento, y sólo por cuestiones legales y de practicidad económica) y la fiesta ni siquiera se me antoja (soy de la idea de que cuando haces una fiesta para festejar tu boda, invitas a la gente a que participe en ella, pero no se queda ahí, sino que literalmente les abres la puerta para que se metan en tu matrimonio y vida, y eso sí que no lo voy a hacer ni permitir).. P E R O, el anillo de compromiso, es otro boleto.

 
No estoy segura de qué lo motiva, si es simplemente porque es un anillo bien chingón (y a mí me encantan los anillos) o si es porque implica traer un DIAMANTE en el dedo, que me parece maravilloso. El caso es que, sea como sea, los anillos de compromiso son lo mío y, para variar, tengo mis ideas sobre ellos:

  • Todos debemos saber, en caso de que no sepamos, que el anillo de compromiso debe valer por lo menos 2 meses de tu sueldo (o su equivalente, pues). Sí, es una exageración, pero también sí, es para toda la vida, así que bien lo debe de valer. Además, si le estás diciendo que ése momento es el más importante, el que trazará el destino que les depara, debes hacerlo con una rocota.
  • El anillo es para presumirlo, para mostrarle a todo el mundo que tienes un "hombre" que te ama y que se va a casar contigo.
  • No debes quitártelo. Salvo que de verdad traigas los millones en el dedo (en cuyo caso debes dejarlo en casa si saldrás a un lugar no muy seguro), el anillo de compromiso (y el de matrimonio, para el caso) son para USARLOS, no para tenerlos en una cajita en un cajón. Si te lo dieron es para que lo uses, guardarlo es bien pendejo.
  • La mayor parte de las mujeres NO SABEN de diamantes, no saben distinguir entre un Swarovsky, un vidriante (como decía mi abuela) o un diamante de sangre. Simplemente no sabemos: nadie nos ha enseñado aún. Así que aplica la misma regla que con los hombres: el tamaño importa.
  • Honestamente, si te ves codo con el anillo, una sólo interpreta que serás codo en el matrimonio. Sé objetivo, si vas a darle un anillo porque la amas, mejor cómprale un buen Swarovsky, que un mal diamante. Ella se sentirá mejor.
  • TODAS las mujeres mienten, les guste o no el anillo, te dirán que lo aman. Así que ¡Cuidado! si quieres que en verdad le guste, pon mucha atención en lo que usa y/o pídele ayuda a su mejor amiga. Nada peor que traer una cosa horrible en el dedo el resto de tu vida.
Porque sí, todos queremos un anillo bien grandote, no una chingadera que parece salida de una máquina de chicles, sin importar lo que digamos a la hora de la hora (o antes, o después)...
Piensen en:

Sencillito, ja... un sueño hecho realidad


Así, justo así

No escojan:
Algo así podría ser decente, pero ¡vamos!


¡Mil pesos a quien alcance a ver el diamante!

Exacto, no hay manera de saber si es diamante o tezontle

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