martes, 11 de octubre de 2011

Ni cuando eres niño se tolera

Espero que estén de acuerdo conmigo en que hay ciertas actitudes que, cuando son realizadas por un niño, la sociedad las tolera e inclusive aplaude (como un eructo, la mamá se emociona si lo hace de bebé, pero ya después no le gusta ni tantito), pero cuando las realiza un adulto son consideradas de mal gusto, delitos o razones suficientes para ser execrado de un grupo. Desgraciadamente, algunas de ellas parecen pasar desapercibidas o son toleradas por razones que no puedo entender.

Mi "favorita" (que en este caso quiere decir la que más gorda me cae) es la famosísima frase: está apartado. ¡No me chinguen, por favor! Pasa en todos lados, en el cine, en la cola del banco, en la cola del súper, o en el comedor de la empresa (que es de lo que yo hablaré). Aquí, donde trabajo, hay varios comedores (3, para ser exactos) y obviamente, muchos más trabajadores que los que podrían caber ahí, así que si uno quiere comer en ellos, debes bajar muy temprano o muy tarde. Yo, por cuestiones de lombriz, bajo temprano, casi siempre 10 minutos antes de que sea la hora de comer y "aparto" mi lugar. Calma, calma, que no voy a darme a mí con los demás. Entonces, dejo mis cosas en la mesa de la terraza y entro a calentar mi comida, regreso a la mesa con la comida caliente y la disfruto, mientras espero que lleguen mis acompañantes (ya les conté que como con los bellísimos abogados de la empresa, pero si no, aquí algunas historias I, II, III y IV). Como no es una cita ni algo formal comer en la oficina, ellos a veces llegan y a veces no, eso sí, siempre se les hace un campito (hasta ahorita me dí cuenta de lo fea que es esa expresión) si se aparecen. PERO, como no siempre llegan, es difícil preveer cuántos seremos. Y esto en principio no debería ser importante, pero lo es cuando hay tan poco espacio y tantas personas que quieren usarlo. Así las cosas, si a mí alguien me pregunta si puede sentarse conmigo en la mesa, le digo que sí, sólo que nosotras somos 2 (porque quien no falla es E*, o casi nunca) y que si cabemos todos, no hay ningún problema. Ha habido algunas ocasiones en las que yo no he podido bajar temprano a comer, por lo que he tenido de compartir la mesa con alguien más, que sí llegó temprano. Evidentemente, pregunto si puedo sentarme, pero la verdad es que la respuesta me es indiferente, porque de cualquier forma me voy a sentar, pues no es como que los lugares estén designados o paguen por ellos, ni nada así.

Entonces, el punto al que trato de llegar, pero nada más no llego, es que me choca la gente que te dice "está apartado", como si eso significara algo. Sí, estoy de acuerdo en que primero en tiempo, primero en derecho, pero esto no puede ser interpretado como primero que llega puede apartar mil lugares y los demás se chingan. Si es primero en tiempo, a huevo debes estar ahí antes que el otro, nada de pendejadas como apartar... ¿por qué será que la gente no lo entiende así? ¿que creen que pueden apartar los lugares sólo porque llegaron antes? Me choca. Y, si lo pensamos con detenimiento, es una actitud que de niño no es tolerada, todo lo contrario (el que se fue a la villa perdió su silla). ¿Por qué será que los adultos creen que pueden aplicarlo y está bien, no pasa nada? Total, si todo el mundo lo hace, ¿por qué yo no? 

2 comentarios:

  1. Mentalidad de: CORRUPCIÓN.
    Por que no puedes apartar algo que no te corresponde, y no te corresponde porque no hay lugares designados, ya sea en el cine, la fila, el comedor. Es como el viene-viene. Todos alguna vez lo hicimos, pero de ahí a que sea una filosofía de vida es otra cosa. Lo correcto es no apartar.

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  2. ¡Exactamente! Es sólo una manifestación de una conducta bien aprendida, que tiene muchas más manifestaciones: el viene-viene, sólo por hoy, ándale que no pasa nada, nadie ve, blablabla. Y todas son, como bien lo dices, corrupción.
    Lo peor es que ni siquiera lo tienen consciente...

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¿Soy sólo yo?