jueves, 2 de agosto de 2012

Suena sospechoso y no es mi paranoia

Ayer, mientras perdíamos el tiempo en el trabajo (o nos dedicábamos al sano esparcimiento) nos pusimos a platicar hipóteticamente sobre nuestro futuro (que quiere decir, básicamente, que respondimos a la fantasía ¿Qué harías si tuvieras mucho dinero?) y descubrí que TODOS harían alguna otra cosa. Si no tuvieran necesidad de tener un ingreso, se dedicarían a hacer algo más, o le dedicarían a su trabajo "actual" menos tiempo.

No es sólo que a mí no me guste lo que hago (porque no es mi plan de vida), ni que esté rodeada de gente que o no sabe lo que quiere, o no sabe cómo conseguirlo. No, es una situación o condición bastante común en los trabajadores. Es, como dice un personaje de una obra de Ángel: si no costara trabajo, no le llamarían trabajo. Pareciera que todo lo que implica el "trabajo" está sujeto al dinero y nada más; no tiene nada que ver con los estudios o preparación que tienes, con las decisiones que has tomado en tu vida, o por los objetivos que te has planteado No, tiene que ver con que necesitas dinero, no más.

Donde trabajo actualmente hay un ingeniero aeronáutico, que llegó como maestro de inglés (que lo era en el Anglo) y ahora trabaja en el área de producción de seguros (no importa que no sepamos qué demonios es eso, sólo rescaten la palabra "seguros" y listo). Hay un ingeniero industrial que sueña con dedicarse a las construcciones o diseños o algo así de las calles, carreteras (creo que se le llama urbanismo, ustedes perdonen) y trabaja en el área de siniestros (y no porque hacen maldades, como yo siempre pienso en mi cabeza y río). Somos un grupo variadito, pero más allá de eso, todos los trabajadores (no los dueños) soñamos con hacer algo más de nuestra vida, o con tener otra vida, que por cuestiones económicas no podemos conseguir.

Claro, yo me quedé pensando en esto, yo no soy un caso normal, porque yo de verdad trabajo de mientras, así que hablemos de los otros. La gente pasa años en la universidad para estudiar una mugrosa carrera que le permita desarrollarse y vivir, después años y años escalando en trabajos para conseguir un mejor puesto... pero en realidad, pasan años y años sólo trabajando para tener dinero, porque lo neccesitan, P E R O, en vez de utilizar ese dinero para conseguir sus "sueños" (es decir, hacer lo que fantasean con hacer, pero no pueden porque les hace falta el dinero) se lo gastan en tonterías de mientras, en llenas vacíos y espacios de manera temporal y dolorosa (porque, como bien dicen los budistas, todo es temporal y que termine implica sufrimiento). Si nos pusiéramos a pensar cuánto dinero hemos gastado en zapatos que tampoco nos hacen tan felices, o en regalos para gente que no nos cae del todo bien o a quienes debemos regalarles porque es obligatorio, en vestidos para bodas, comidas "por obligación" con los amigos o con los compañeros del trabajo, en equipo electrónico, celulares, lo que sea... es terrible y preocupante.

¿Qué nadie se da cuenta de que la vida no es la meta? ¿Que nadie tiene el tiempo comprado y que no sabes cuándo se termina? ¿Que si esperas a que pase "algo" para empezar a hacer lo que quieres, nunca va a llegar? La vida no es lo que hay al final, ni los planes que hacemos para el futuro, sino lo que decidimos hacer hoy. Se nos va la vida en un trabajo miserable que nos hace infelices, con planes que tal vez no queríamos hacer, con gente que no nos hace feliz ni nada de nada... y así sucesivamente, no aprovechamos el tiempo, no aprendemos a estar con nosotros mismos, no valoramos lo que es de verdad importante para nosotros. Nos dejamos llevar por cánones capitalistas y de angustia que "alguien" impuso, y no por lo que realmente nos haría felices, ¿y para qué?

Recuerdo a mis abuelos y veo que mi abuelo hizo toda su vida lo que debía (hasta los últimos minutos de ella), y al final sí estaba satisfecho, pero se veía que algo le faltaba, que algo había perdido en el camino y que tal vez el fnal no era lo que "debía" ser. En cambio mi abuela, de sus circunstancias y decisiones, supo hacer lo mejor, disfrutó los últimos años de su vida, hizo muchas cosas sólo porque quería (que también hacía lo que debía, eso hay que reconocérselo) y se veía, hasta los últimos días, satisfecha de la vida que tuvo, de lo que hizo, y de quien ella era. Eso es lo que deberíamos hacer, no perder de vista el objetivo y dejar de perdernos en el camino por pendejadas. Total, si no era lo que creíamos no se perdió nada, de todas formas pasamos la vida perdiéndola en cosas que sí son pendejadas...

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