martes, 14 de agosto de 2012

Odio lo que provocan las Olimpiadas en la gente


Entonces, decía yo odio lo que las Olimpiadas le hacen a la gente, o provocan en ellos.

Primero: un fanatismo, un nacionalismo exacerbado digno de los peores fascistas. La gente traslada la victoria de UNA PERSONA a un país, y en función de ella posiciona a su país por encima de los demás. Podrán decir y excusarse en lo que quieran, pero eso se parece mucho a la filosofía de cierto señor de bajas estaturas y bigote…

Segundo: No compiten países, sino personas. Como insinué arriba, quienes compiten son personas, de carne y hueso, como cualquier otro, con capacidades excepcionales para realizar cierta actividad (esperemos, aquella en la que compiten olímpicamente). No compiten países, son sólo UN sujeto, que compite él solito, no con todo un país, no tiene la responsabilidad de luchar por la honra de su país. No. Él representa un país, pero no ES un país. Por ende, los países no ganan.

Tercero: La mala distribución de la riqueza. Como podrán imaginarse, me indigna que se invierta TANTÍSIMO dinero para crear la infraestructura necesaria para albergar tanta gente y deportes; todo porque habrá “muchas ganancias” pero, y después ¿qué pasa con todo lo construido? ¿todo lo que se gasta y no vuelve a recuperarse? Y, lo MÁS importante: ¿a quiénes les beneficia esto, cómo se distribuye toda esta riqueza? ¿O, como siempre, no se distribuye?

Cuarto: Este es complejo, no estoy segura de cómo explicarlo en pocas palabras, así que tendré que explayarme. Sé y comparto la postura de apoyar el deporte, pero no de la mala distribución (otra vez) de ese apoyo: se invierte mucho dinero para capacitar a los deportistas olímpicos, además del dinero que se les paga (porque es un trabajo, también los deportistas trabajan, formalmente), y (esto es lo que no me gusta) se les “premia” por cada medalla. No es que esté mal que premien a quien tiene méritos (que se acostumbra en todas las áreas del conocimiento y del quehacer humano), el problema es la desproporción del premio. Sobre todo cuando consideras que el dinero del Estado es LIMITADO, no es infinito ni inacabable, y por lo mismo se destinan partidas a diferentes campos, se definen cantidades y objetivos… todo esto con la intención de que alcance, de que pueda otorgarse dinero a muchas actividades o necesidades. Entonces, cuando ves que a los premios olímpicos les destinan un montón y a otras áreas no lo suficiente, a mí me molesta. Y no son sólo los pesos y centavos, también es la influencia en el pensamiento de la gente. Escuché la semana pasada a alguien del trabajo decir que debía otorgarse más dinero para los deportistas, porque ellos sí estaban haciendo algo por el país, porque ellos eran lo mejor de lo mejor… ¿y los demás? ¿Qué México no es un TODO, integrado de MUCHA gente que es IGUAL? No, claro que no, porque el campo y los pobres y los desprotegidos y los necesitados y los que han sufrido abusos, esos no nos hacen ver bien, esos deben borrarse de la tierra y de nuestras mentes (que es lo que hace todo el mundo), ellos deben trabajar y no merecen premios, ellos no tienen nada que ver conmigo, ellos no son parte de mi país, porque yo soy un campeón y, por ende, mi país también.

Otra vez estamos frente al nacionalismo clasista, frente a la discriminación, a la cancelación y negación de cualquier objeto/sujeto que opaque mi fantasía de mí. Y esto, perdón, pero yo no puedo aceptarlo ni concederlo. Aunque las Olimpiadas no sean, en sí misma, las causantes de esto, sí son parte del problema, porque su discurso es discriminador.

(Y ni siquiera voy a escribir lo que opino sobre el trato que se le da a los deportistas en el entrenamiento, el abuso y violencia que sufren para “ganar”).

2 comentarios:

  1. Hola!!! Aquí ando conociéndote. No sé cómo se habrá vivido en México el tema de las Olimpiadas. Aquí en España la verdad que casi nadie les ha hecho mucho caso. Se viven con más pasión los campeonatos de fútbol pero también en éstos se nota ese chovinismo al que haces referencia en tu entrada. Parece que el orgullo de un país está en ganar campeonatos deportivos, sean de la índole que sean. Muy vergonzoso. Supongo que todo será por el famoso "Pan y Circo" de los romanos. El deporte es el opio de los pueblos y, en vez de ser un sano entretenimiento, pasa a ser una guerra encarnizada por el honor, ya que es gracias a él que la gente se olvida (incomprensiblemente) de sus miserias diarias. Un besote!!

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    1. ¡Hola y bienvenida! Acá las Olimpiadas se viven casi igual que el futbol (nada le gana al futbol, salvo ganar el oro en futbol, contra Brasil, en las Olimpiadas), y de hecho es la misma razón por la que odio también el futbol-pueblo, porque lo viven como propio, los escuchas por todos lados diciendo "hoy jugamos muy bien, hoy ganamos", como si ellos hubieran hecho algo más que tomarse una cerveza frente al televisor.
      Es justo pan y circo, una guerra... y no es que esté mal olvidarse de vez en cuando de las miseria propias y del prójimo, el problema es que desaparecen porque el deporte ocupa toda su atención... Besos!

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