miércoles, 18 de marzo de 2009

Los poderes mágicos del claxon

Yo, como cualquier persona que viva en esta ciudad, sabe del caos víal y las terribles consecuencias que éste tiene en nuestras vidas. Debemos dedicar mucho tiempo en trasladarnos de un lugar a otro, y siempre tenemos que estar preparados para cualquier imprevisto. Un factor común en un embotellamiento, es la presencia del claxon, ese sonido espantoso que todo coche tiene, para avisar a los demás conductores su presencia. Es maravilloso su poder, o por lo menos la confianza que la gente le tiene, tocan el claxon cuando está completamente atascado un cruce (digamos, el que me tocó ayer, División del Norte y Xicoténcatl) esperando que por el simple sonido, el resto de los automóviles desaparezcan (cual el hada madrina de Cenicienta,, bidibi babidi buuu!!!). Esto no sucede, tengo que decirlo: el claxon sólo sirve para molestar al resto de los conductores que ya de por sí sufren en el embotellamiento.

A mí no me gusta mucho usar el claxon, otra hada madrina me confesó que no sirve para desaparecer coches, así que sólo lo uso de manera terapéutica en el embotellamiento; no puedo mover a los tontitos que estorban, pero sin duda me libera del estrés ocasionado por la pendejez social, y resulta mucho más seguro que bajar la ventanilla y gritarles, o inclusive que salir del coche y golpearlos. Mi hada madrina no me ha concedido poderes super poderosos aún, así que me conformo con los poderes terapéuticos que provee.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Soy sólo yo?