Por desgraciada no fui dotada del don de las pocas expectativas, tengo muchas expectativas y además sufro cuando no se cumplen. Así soy.
Afortunadamente, también soy capaz de ver la felicidad y satisfacción absolutas en las situaciones, objetos, palabras o cosas más nimias, y eso me parece una gran virtud. Desgraciadamente, no lo recuerdo con tanta regularidad como me gustaría.
Por eso inauguramos una nueva sección en e blog, destinada sólo a nombrar lo que me hace bailar como duendecito feliz.
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¿Soy sólo yo?