jueves, 1 de septiembre de 2011

Hasta que la muerte nos separe


Escribo esto sólo con la intención de descargar la frustración que me ahoga cuando el sentido común me impide decir lo que pienso (qué, pero qué castigo más horrible es este para mí).
Una compañera del trabajo (ver Amigos en el trabajo) se comprometió hace poco más de un mes. Como antecedente, es una chica que decía que se casaba en abril, con o sin el novio (ahí no´más), además es alguien cuya familia no tiene una solvencia económica que permita una boda como de las celebridades. Con todo esto, podemos comenzar por contar que la noticia nos pareció maravillosa, más allá de lo que uno decida sobre su vida, el hecho de que alguien realice sus sueños, es razón de felicidad.

Así pues, pasaron los días, ella con su emoción por tener una boda, mostrando a veces que el novio ha preguntado en varias ocasiones si de verdad quiere una fiesta (no haremos una interpretación de esto, pues todos sabemos qué implica), sacada de onda porque él está más emocionado por rentar un departamento, comprar muebles, encontrar TODO para que vivan juntos... inclusive mencionando que como él ya no cabe con sus papás, deberían rentar de una vez para que él se pueda mudar ya... A todo esto le sumamos que quiere un bodorrio con más de 250 invitados, y no ha realizado cotización alguna.

Pero, dejemos la historia particular de un lado, que no es lo que más nos interesa. Lo importante es que las dos últimas semanas he escuchado de la boca de la previamente mentada, y su amiga, que el matrimonio está padrísimo, que casarse es el camino correcto, y que no casarse y vivir con el novio es vivir en pecado (obvio, lo matizan con risitas), y que no está bien, porque lo importante es la boda, el matrimonio... Yo, que todos ustedes saben, no estoy casada ni pienso hacerlo, tengo varias cosas que decir al respecto:
1. ¿Quién chingados se cree para emitir juicios de valor sobre la vida que los OTROS deciden tener? Sólo porque ella tiene una fantasía...
2. Boda y matrimonio NO son sinónimos, son dos cosas diferentes, una consecuencia de la otra, pero NO SON LO MISMO.

Obviamente, y por razones que "desconocemos", ellas han decidido emitir sus opiniones frente a mí, y ni una sola vez han sido como para preguntar por qué yo no me quiero casar, o por qué decidí vivir en pecado, con mi novio... nada, porque evidentemente, no les interesa (de ahí la molestia, la gente que emite generalizaciones que afectan a los que estamos ahí, cuando además no tienen ni les importa tener, idea alguna de por qué la gente toma ciertas decisiones.

Entonces, he decidido expresar las razones por las que yo, ARIADNA, y sólo yo, he decidido no casarme:
1. No creo que un documento o una fiesta impliquen un comportamiento de por vida, per se.
2. No tengo el dinero para pagar una fiesta.
3. Si tuviera el dinero, probablemente lo usaría en algo más duradero que 6 horas de fiesta para alguien más.
4. Todo el estrés, molestia, preocupación y angustia de un año para una fiesta, me parece insano.
5. La fiesta se hace para los demás, para los invitados, (valga la redundancia), se les invita a que participen en ese momento de tu vida, lo cual, tiene una consecuencia obvia, participan en tu vida de casada/o. Los invitas a la fiesta y de repente creen que pueden opinar sobre tu vida en pareja, por el resto del tiempo que ésta dure.
6. Cualquiera que no haya vivido con alguien más, no tiene ni puta idea de lo que eso significa, no es sólo amor y felicidad, es complejo, es difícil, en ocasiones te aliena de ti mismo (y no hablo sólo de mi experiencia, sino de todas las que he escuchado y visto, pero la mía influye muchísimo), y esto nada tiene que ver con un documento o unos anillos y una boda. NADA.
7. Las relaciones, el matrimonio y la vida de casados se construye día a día, con un montón de esfuerzos, dedicación, tolerancia, respeto, comunicación y amor (aunque este último tampoco es indispensable). Ojalá y el papelito y la fiesta fueran suficientes para vivir hasta que la muerte los separe, pero no es así. Es tan difícil que por eso hay tantos divorcios (o parejas infelices, porque muchas no tienen el valor para divorciarse, o no les conviene $$$).

Eso sí, creo que una vez que decides compartir tu vida y tu espacio con otra persona (llamémosle matrimonio, para fines prácticos), uno debe cumplir con ciertos roles, y a pesar de sonar anticuada, considero que los roles de la esposa deben ser siempre hacerse cargo de la casa (que no quiere decir hincarse a limpiar el excusado con cepillo de dientes) y la comida diaria, procurar a la pareja (con amor y otros menesteres, según sea el caso). Me parece patético (ahí sí, emitiré un juicio igual que el de ellas) que ciertas mujeres pretendan casarse, quieran una boda y un matrimonio de película pero no sepan cocinar ni unas quesadillas, no estén dispuestas a limpiar (ni a pagarle a alguien porque limpie), ni hacerse cargo de la casa, PERO, eso sí, esperen que él sea el sustento económico y que las apoye en todo lo que necesitan para cumplir sus sueños (léase, embarazarse y dejar de trabajar para "cuidar" a los hijos)...

Vamos, si queremos una vida tradicional, a chingarse que también les toca hacer lo propio. Y si no, por favor, cierren la boca porque, como harán boda, estaremos invitados a opinar sobre su fracasado matrimonio



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